Durante el embarazo las defensas de tu cuerpo se bajan y es normal que adquieras cuanto virus hay por ahí.
Las infecciones respiratorias son de lo más común en estos tiempos y entendemos que un acetaminofén puede no ser suficiente para mitigar esos incómodos síntomas de la gripa.
Si los síntomas son muy fuertes o duraderos, debes consultar con tu médico, nunca te automediques ni tomes infusiones de hiervas sin su aprobación.

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1. Té de jengibre
El jengibre tiene propiedades inmunológicas, antioxidantes y antimicrobianas que tomado con moderación te van a ayudar a fortalecer tu sistema inmunológico y contrarrestar los molestos síntomas como tos, congestión nasal y dolor del cuerpo.
Pon 2 tazas de agua al fuego y cuando hierva agrega media cucharadita de raíz de jengibre rayada, medio limón y endulza con miel.
Toma este té a la hora de acostarte mientras persistan los síntomas y suspende cuando te sientas mejor.
2. Tomillo
El tomillo tiene un alto contenido de timol que se potencia al destilarlo y convertirlo en aceite. Su aceite o cremas tienen cualidades calientes que en masaje corporal estimulan la expectoración y reducen el exceso de mucosidad y flema.
Aplica la crema de tomillo con masaje suave en espalda, cuello, pecho y planta de los pies a la hora de dormir.
Luego de esto evita el contacto con el ambiente frío para permitir que el efecto caliente actúe durante la noche y te permita un mejor descanso.

3. Vapor de eucalipto en casa
El eucalipto es considerado una planta medicinal poderosa para tratar enfermedades respiratorias por su capacidad antimicrobiana y expectorante.
En una olla grande, pon a hervir agua y ramas de eucalipto, permitiendo que este vapor inunde la casa y tu habitación antes de acostarte a dormir; tendrás un efecto purificador de aire y reconfortante para tu organismo.
4. Jarabe de cebolla, miel y limón
Es un jarabe hecho en casa y que suele ser muy efectivo para ayudar a desprender y expectorar las flemas acumuladas en pulmones y despejar las vías respiratorias.
En un recipiente de vidrio con tapa, pon las rodajas de una cebolla morada, agrega la cantidad de miel pura suficiente para cubrir la cebolla y agrega el jugo de un limón.
Tapa el frasco y déjalo reposar por al menos 8 horas para que las cebollas suelten su jugo y se mezclen con la miel y el limón.
Agita el frasco y toma por copitas entre 3 a 5 veces al día y vuélvelo a tapar para no perder la concentración de la cebolla.
5. Cebolla cortada en cruz
Dentro de las muchas bondades de la cebolla, se encuentran también propiedades antivirales, antibacterianas y antiinflamadorias y parece que no sólo al consumirla sino al inhalar sus vapores.
Corta una cebolla, preferiblemente roja o morada, aunque también funciona con cebolla común, en cuatro pedazos y ponlos en un plato sobre tu mesita de noche.
Al cerrar la puerta, los vapores de la cebolla se van a concentrar en tu cuarto y al respirarlos te ayudan a despejar tus vías respiratorias y evitar la tos durante la noche para permitirte descansar mejor. Aunque es difícil de creer, es muy efectivo.